Clasificación y comentarios |
- España. La cantante española Salomé (Rosa María Marco, Barcelona 1943) fue designada internamente por TVE, mientras que la canción salió de un programa televisado donde Salomé y otros cantantes interpretaron diez temas; la victoria de Vivo cantando, un texto de Aniano Alcalde con música de María José Ceratto, fue abrumadora. Es una canción muy festivalera, con un comienzo de la orquesta a ritmo lento y una progresiva acleración hasta el frenesí del final, que exalta la alegría de vivir enamorado. Salomé, la tercera intérprete de la noche, cantó y bailó con entusiamo, de manera que los canutillos de porcelana de su famoso traje azul celeste diseñado por Pertegaz no paraban de moverse y producían un efecto visual muy novedoso. La acompañó el trío Los Valldemosa. Recibió 18 votos de 9 jurados (como Francia y por encima del Reino Unido y Holanda). Tres treses de Mónaco, Bélgica y Alemania, tres doses de Luxemburgo, Francia y Portugal y tres unos de Yugoslavia, Irlanda y Noruega. La canción fue muy popular en Francia en la versión de Rika Zaraï Alors je chante. España se convertía en el primer país que repetía victoria dos años seguidos (con el tiempo lo harán Israel e Irlanda). Se dice en algunas eurowebs que el baile de Salomé fue más allá de lo permitido, aunque no constan reglas de la UER en tal sentido; y es que, al parecer, alguna de las otras delegaciones ganadoras protestó por la puesta en escena española.
- Reino Unido. También Lulu, la representante británica, fue designada por la BBC y la selección consistió en elegir una canción entre seis candidatas; ganó Boom bang-a-bang y quedó en último lugar un tema compuesto por Elton John (Can’t go on living without you). Lulu (Marie McDonald, Glasgow, 1948) era ya una cantante muy popular, con varios discos muy vendidos y giras con artistas como Roy Orbison y The Monkeeys. Poco antes del festival, su boda con Maurice Gibb (miembro del grupo The Bee Gees) había concitado una fuerte presencia de medios informativos. La canción defendida por Lulu en el séptimo lugar tiene todos los ingredientes de la fórmula británica pop fácil, festivalera y pegadiza y hasta un título onomatopéyico alusivo a los latidos de un corazón enamorado. Además Lulu, con su minivestido de color rosa, su relamido y alambicado peinado, sus contoneos y sus divertidos gestos, hizo una interpretación muy simpática que remató con un inesperado y aplaudido “olé”. Recibió 18 votos de ocho jurados (con un 5 sueco, un 4 luxemburgués y un 3 italiano; no la votaron entro otros ni el jurado español ni el francés) y se aupó también al primer puesto, convirtiéndose en la segunda victoria del Reino Unido.
- Holanda. Después del olé de la británica, guitarras y unos cuantos lalalas se adueñan de la escena, en lo que parecen claros guiños al país organizador. La TV holandesa, que había cosechado dos victorias en los años 50, venía obteniendo unos resultados muy mediocres en toda la década de los 60. Ahora consigue su tercera victoria de manos de Lennie Kuhr y De troubadour (El trovador), un texto de ella misma que homenajea la figura y la labor de los antiguos trovadores. Lenny (Eindhoven, 1950), con sencilla melena suelta y de rojo hasta los talones, cantó con su guitarra, acompañada por Piet Souer (sentado y también con guitarra) una canción de aire folk cuyo estribillo y final se llenaron de pegadizos la-la-la. De las cuatro ganadores, fue la que recibió votos de menos jurados (7). Sumó también 18 puntos (con un 6 de Francia, un 4 de Suiza y un 3 italiano) y no la votaron ni españoles ni británicos. Lenny Kuhr había ganado la final nacional frente a otros nueve intérpretes. En los años siguientes fue mucho más popular en Francia que en su propio país; intervino en numerosos conciertos de Georges Brassens.
- Francia. Y llegamos a la cuarta triunfadora de la noche, la única balada de las cuatro, la canción francesa. Un jour, un enfant (Un día, un niño) habla de las fases de descubrimiento por las que pasa el ser humano desde la infancia, dando especial peso al del amor (su autor es Eddy Marnay, el mismo que diez años después compondrá la canción francesa Je suis l’enfant soleil). La canción fue defendida con maestría de gran cantante y emoción de gran intérprete por Frida Boccara, sola en escena y muy elegante con larga falda negra y corpiño dorado, en la antepenúltima actuación de la gala. Recibió una de las ovaciones más nutridas de la noche y a la postre sería la cuarta victoria para Francia. Sus 18 votos le llegaron de 9 jurados (como a Salomé), destacando los 4s de los jurados irlandés y británico. Frida, nacida en Casablanca en 1940 (en una familia judía de origen italiano), se convirtió en una artista consagrada del panorama internacional durante la década de los setenta (más de un millon de discos llegó a vender sólo en Rusia). Murió en 1996 a los 56 años de una infección pulmonar.
- Suiza. Como Alemania en 1960 y Austria en 1966, Suiza presenta en Madrid una canción con título francés y texto en alemán, idioma que por cierto llevaba ausente diez años de las canciones suizas. Bonjour, bonjour (Buenos días, buenos días) es un tema de corte festivalero, con un estribillo muy repetido, sobre la exultante felicidad de los enamorados. Fue interpretado en undécimo lugar por Paola del Medico, que lució melena suelta y un vestido similar al de Massiel en 1968 (aunque con mangas). Recibió 13 puntos de siete jurados y quedó segunda o quinta, según se mire. Paola volverá a Eurovisión once años después pero cantando en francés (será cuarta con Cinéma, en 1980). Con los años se convirtió en una popularísima presentadora de televisión.
- Mónaco. Después de la canción española le llegó el turno a Mónaco, que presentó al más joven intérprete hasta la fecha, el niño de doce años Jean Jacques (nacido en enero de 1957). El joven vistió trajecito de cuello mao en color azul turquesa y actuó acompañado de un acordeonista. Maman, maman (Mamá, mamá) es un texto sentimental de homenaje a la madre que en la voz de un niño resulta aún más conmovedor. Con 11 votos (4 de ellos del jurado italiano) quedó en sexta posición. Como otros cantantes de aquel año, también versionó la canción en otros idiomas, entre ellos, el español (versión que se hizo muy popular en España).
- Irlanda. Dos canciones empataron en el séptimo puesto con 10 puntos, la irlandesa y la belga. Tras las baladas de los cuatro años precedentes, The wages of love (El precio del amor, acerca de las dificultades y los peajes que hay que pagar para ser feliz en el amor) es la primera canción llena de ritmo y movimiento que envía Irlanda a Eurovisión. Y Muriel Day es la primera mujer que representa a la TV irlandesa, tras vencer en la final nacional a los cuatro representantes masculinos anteriores (Butch Moore, Dickie Rock, Sean Dunphy y Pat McGeegan) y a la joven Dana, que quedó segunda. Con un corto vestido vaporoso de anchísimas mangas en tonos verdes, Muriel se movió alocadamente, tanto o más que Salomé (y eso que al parecer estaba prohibido bailar). La acompañó un grupo de tres voces femeninas (The Lyndsays). De los 10 puntos recibidos, sendos 3 le llegaron de dos jurados, el suizo y el finlandés.
- Bélgica. El belga Louis Neefs había debutado en Eurovisión en el festival de Viena de 1967, donde quedó séptimo con Ik heb Zorgen. De los mismos compositores (Paul Quintens y Phil van Cauwenbergh) es Jennifer Jennings, la evocación de un amor intenso y fugaz en la ciudad de Londres. Louis se dejó el esmokin y la pajarita en Viena y lució un look menos clásico, con traje negro y corbata de lunares. Cinco jurados votaron su canción y sumó 10 puntos (el más generoso fue el británico, con 3 votos). Él y su mujer murieron el día de Navidad de 1980 tras un accidente de tráfico. Louis sólo tenía 43 años y una prometedora carrera musical y empresarial.
- Suecia. Otro empate en el noveno puesto, ahora con 8 puntos para dos cantantes suecos o, lo que es lo mismo, para Suecia y Alemania. El joven cantante sueco Tommy Körberg (le faltaba poco para cumplir 21 años) se impuso en la selección nacional a Anni Frid Lyngstad (quien pocos años después será integrante del grupo Abba). La canción, escrita por el mismo autor de Diggi-lou diggi-lei (Britt Lindeborg), se titula Judy, min vän (Judy, mi amiga) y tiene un texto bastante poco habitual: el protagonista le dice a la tal Judy que no es posible el amor entre ambos porque ella sólo desea cosas materiales (el piso, el coche, la tele) mientras que él es un soñador amante de la libertad. De los intérpretes masculinos, Tommy fue el más clásico de la noche, con traje negro, camisa blanca y pajarita; su gran actuación alcanzó 8 puntos, 3 de los cuales vinieron del jurado noruego y otros 3 del finlandés. Dos décadas después Tommy Körberg volvió a Eurovisión (en el festival de Dublín de 1988, donde fue 12º con Stad i ljus) y se especializó en roles protagonistas de varios musicales (ha sido, entre otros, el Jean de Los miserables y el Capitán Von Trapp de The sounds of music).
- Alemania. Si en el festival anterior la representante de Alemania había sido una cantante noruega (Wencke Myhre), en este de 1969 será una sueca quien defienda el pabellón germánico en Madrid (como en 1973 lo hará la danesa Gitte Hænnings). Se trata de la eurovisiva Siw Malmkvist, quien había representado a su país en 1960 con el tema Alla andra får varann y había quedado décima. No era la primera vez que la sueca lo intentaba por Alemania, porque ya participó en la final de 1962, cuando le ganó por un solo punto Conny Froboess. La selección alemana de 1969 contó con tres artistas, cada uno de los cuales interpretó tres canciones. Venció Siw con el tema Primaballerina (Primera bailarina), una creación del autor de otros tres temas alemanes (los de los años 1965, 1967 y 1986) que trata de la soledad de una muñeca de porcelana. La cantante sueca vistió traje de pantalón de color rosa y brindó una fresca y simpática interpretación de un tema con buenos arreglos orquestales pero tal vez demasiado repetitivo. Sumó los mismos puntos que su paisano Tommy Körberg, con un 3 yugoslavo y un 2 español. Y lo mismo que Wencke se quedó sin votos noruegos en 1968, Siw se quedó sin votos suecos en 1969. Siw Malmkvist (Landskrona, 1936) ha tenido una exitosa carrera en el mundo de la música y otros intentos eurovisivos (por Suecia en 1988, precisamente el año que ganó Tommy Körberg, y en 2004).
- Luxemburgo. El francés Romuald Figuier (bretón de Saint Pol de Léon nacido en 1941) cuenta con tres participaciones en Eurovisión pero nunca por su país. Dos veces representó a Mónaco: el año de su debú, 1964, de cuando data su mejor resultado, un tercer puesto con el tema Oú sont-elles passées? , y en 1974, que quedó cuarto con Celui qui reste et celui qui s’en va. En el punto intermedio de esos diez años cantó por Luxemburgo en el festival de 1969 una canción compuesta por Paul Mauriat y dirigida por Augusto Algueró. Se llamaba Catherine, evocaba un amor de infancia y tenía cierto aire de vals. Romuald actuó en segundo lugar y cosechó 7 puntos (3 del jurado monegasco) que lo dejaron en el puesto 11º. Su carrera también le ha llevado al cine como actor y como compositor.
- Finlandia. La última actuación de la noche correspondió al único dúo del año, la pareja finlandesa formada por Jarkko Antikainen y Laura Ruotsalo, quienes habían ganado una selección nacional plagada de eurovisivos (Laila Kinnunen, Marion Rung, Viktor Klimenko y Katri Helena) con una simpática canción sobre la felicidad regresada del pasado titulada Kuin silloin ennen (Como en los viejos tiempos) que recuerda musicalmente al charlestón. Jarkko y Laura hiciron lo más parecido a una puesta en escena (aunque no los nombran los que acusan a Salomé de haber hecho algo similar). Vistieron de rojo oscuro (que en los vídeos existentes parece casi negro) e interpretaron su canción con sentido del humor y una cierta comicidad en sus movimientos charlotianos (Jarkko, además de sombrero, portaba un bastón con el que se marcó un bailecito a lo Chaplin). Recibieron 6 votos de seis jurados (uno de ellos, del español) y quedaron en duodécima posición.
- Yugoslavia. Abrió el desfile de canciones Yugoslavia con Pozdrav svijetu (Saludos al mundo), una canción muy apropiada para dicha circunstancia porque expresaba saludos nada menos que en ocho idiomas (serbocroata, español, alemán, francés, inglés, holandés, italiano, ruso y finés). Curiosamente la última canción interpretada en el festival de 1968 fue la yugoslava, y curiosamente, por un grupo que tuvo que descomponerse dadas las reglas de la UER, lo mismo que ocurrió con el grupo 4M en 1969. Formado por Ivica Krajač, Željko Ruzić, Branco Murusić y Sasa Sabljić, debió reconvertirse en Ivan & 3M y actuar como un solista con un coro de tres voces. El encargado de la voz solista fue Ivica Krajač, muy metido en su papel y gesticulante en su interpretación. Sumaron 5 puntos (con un 3 del jurado portugués y dos unos, español y belga), los mismos que Italia, así que se produjo otro empate en el puesto decimotercero.
- Italia. La gran artista italiana Iva Zanicchi había vencido en el Festival de San Remo con la canción Zingara (que también defendió Bobby Solo); y por tercer año consecutivo la RAI mantiene al artista pero cambia la canción. Due grosse lacrime bianche (Dos grandes lágrimas blancas) es una balada de desamor sobre el recuerdo de una ruptura. Entre dos temas rítmicos, el irlandés y el británico, fue la sexta canción de la gala y nos brindó a una elegante artista, de largo, en celeste pálido, que hizo una muy sentida y cálida interpretación. Sólo recibió 5 puntos de cinco jurados que la relegaron al antepenúltimo puesto. Nacida en la provincia de Reggio Emilia en 1941, es una de las más grandes figuras de la canzone italiana, con tres victorias en Sanremo (1967 con Non pensare a me, 1969 con Zingara y 1974 con Ciao cara come stai), que también ha triunfado en la televisión y ha probado suerte en la literatura y en la política (en 2004 fue candidata al Parlamento europeo en la lista de Forza Italia).
- Portugal. Otra gran dama de la canción ocupó el penúltimo puesto. La portuguesa Simone de Oliveira (Lisboa, 1938) no era novata en estos menesteres porque ya concursó en el festival de Nápoles de 1965 (donde también quedó penúltima con Sol de inverno). De los autores de Menina, el tema portugués de 1971, es Desfolhada (Deshojada o Cosecha); son el compositor Nuno Nazareth Fernandes, que creó una alegre partitura de raíces folclóricas portuguesas, y el poeta José Carlos Ary dos Santos, que escribió un bello poema sobre la tradición agrícola de la desfolhada (la cosecha del trigo) cargada de amor y erotismo. El excesivo pudor de Laura Valenzuela, que presentó todas las canciones con su título original, la llevó a traducir el del tema portugués por el término español Deshojada, que no recoge todo el significado de la voz portuguesa. Simone de Oliveira, la penúltima intérprete del festival, actuó, vestida de verde intenso, con un porte casi altivo y con unas dotes interpretativas muy notables. Sólo obtuvo 4 votos (2 del jurado español) , pero la canción fue un enorme éxito en su país que la lanzó a una muy exitosa carrera en la música, el teatro, el cine y la televisión.
- Noruega. Por tercera vez en la década nos encontramos a la simpática noruega Kirsti Sparboe representando a su país (fue penúltima en 1965 con Karusell y en 1967 con Dukkemann). Un solitario punto del jurado sueco la libró del cero, pero no del último puesto. Cantó un tema de Arne Bendiksen titulado Oj, oj, oj, så glad jeg skal bli (¡Ay ay ay qué feliz seré!), una canción de ritmo pop en la que una muchacha sueña con ser feliz junto al mujeriego joven que le gusta. Con un laborioso peinado y un traje de falda-pantalón azul oscuro, Kirsti actuó acompañada de un trío de voces mixtas (muy probablemente el Trío Lalala) y desplegó simpatía y entusiasmo en la que sería, en definitiva, una triste despedida de Eurovisión.
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